OPINIÓN | Sin fútbol formativo, no hay fútbol

El fútbol formativo en Chile está detenido desde el 18 de octubre de 2019 y urge que vuelvan pronto a la competencia

Una de las noticias de la semana fue el brote de Covid en el plantel de Colo Colo. 16 jugadores quedaron fuera del partido ante Ñublense, obligando a Gustavo Quinteros a ‘echar mano’ de la cantera. Julio Fierro, Nicolás Garrido, Vicente Pizarro, son algunos de los nombres que debutaron de emergencia ante el equipo de Jaime García debido a esta situación.

A pesar del resultado adverso (5-1 en contra), la evaluación global es otra. El fútbol formativo lleva en Chile detenido desde el 18 de octubre de 2019. 18 meses en los que las cadetes no han tenido ritmo de competencia, no han jugado semana a semana como corresponde. Primero el estallido social, luego la pandemia, han privado a los canteranos de todos los equipos del fútbol chileno tener competencia.

Un tema no menor a tener en consideración en la caída de los juveniles albos ante Ñublense es precisamente la falta de ritmo de competencia. Para que un canterano se pueda desarrollar bien, necesita entrenar semana a semana y, sobre todo, jugar de manera constante. Solo así, el paso al profesionalismo se hará de manera más natural y no tan abrupta como les ocurrió a los jóvenes debutantes en Colo Colo.

Es un tema además en el que todo el fútbol chileno se debe inmiscuir. Tanto se manosea el termino “recambio” para la selección chilena, pero nadie se hace cargo. Por sí no lo sabían, no habrá recambio si el fútbol formativo sigue detenido y los canteranos no se pueden desarrollar como corresponde. Tanto que gusta copiar a otros países, una muy buena idea a copiar es el torneo de reservas que tienen en Argentina. Torneo que le permite a jugadores que no son titulares habitualmente y juveniles tener ritmo de competencia semana a semana.

Se entiende que los dirigentes no quieren invertir. Menos en un contexto de pandemia. Mientras más costos abaraten, mejor para los dirigentes. Por eso tampoco piensan en los trabajadores de divisiones inferiores, desde entrenadores hasta preparadores. Pero urge, y de gran manera, que vuelva la competición para las canteras. Por el bien del fútbol chileno. Si no, las consecuencias se verán después y no serán positivas.

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