[COLUMNA] Clasificatoria Agridulce

Columna escrita por Puntete.

El martes 8 de junio será recordado como un día gris para las aspiraciones de Chile en su rumbo a Qatar. Y será gris por la sana mezcla del blanco y el negro que condimenta el fútbol, y que nos regaló un sabor agridulce a todos aquellos que decidimos en algún momento ser fanáticos del fútbol.

Hubo tonos blancos porque gran parte de los resultados jugaron a favor de Chile. Ecuador perdió en Quito, Colombia empató en Barranquilla, Paraguay perdió en Asunción. El único punto teñido fue que el Uruguay le quitó a Venezuela en Caracas, pero quedó en detalle.

La gran pintura negra la puso el partido de Chile y terminó de pintar el día con tonos grises de amargura y frustración.

Desde que el mundo es mundo, Chile no pierde con Bolivia en Santiago. Es así y punto. No es menosprecio, ni discriminación, ni xenofobia, sino manifestación honesta de una estadística evidente. Por eso la frustración fue tanta, porque el partido con Bolivia son tres puntos ganados siempre, obvios, indudables. Pero el fútbol, que esta clasificatoria se ha ensañado con chilito, nos la hizo de nuevo.

Chile remató 29 veces. ¡Veintinueve! Y solo el cabezazo de Pulgar pudo destruir la irritante defensa de Lampe. Muy poco, demasiado poco para un equipo que llegó todo el partido. Bolivia hizo su juego, exasperante, inofensivo, arriesgadamente defensivo, pero cuando falló su guardia, aparecieron los palos y los aguantes de Lampe, que transmitían inseguridad, pero mantenían cerrada la casa. Bolivia no tenía por donde, pero el infortunio volvió a aparecer y se pudrió todo. Mano de Maripán y penal. Marcelo Moreno Martins al ángulo y el empate más injusto de la historia. Pero el fútbol jamás ha premiado la justicia, pues no le importa, y los lamentos se los lleva el viento. Lo que queda son los goles y ambos equipos metieron uno. Hecho. Doloroso, por cierto, incomprensible, frustrante, pero real.

Esta fecha estaba para quedar en zona de clasificación y haber sacado buena diferencia de goles. Chile debió ganar al menos 3-0, pero si sumáramos todos los “debió pasar esto”, tendríamos 5 Copas América y quizás un mundial. Ok, tal vez no un mundial, pero muchas más alegrías que tristezas, seguro.

Estas clasificatorias el fútbol la agarró en mala con nosotros. A saber: penal no cobrado contra Uruguay en Montevideo y gol al último minuto; empate al último minuto contra Colombia en Santiago; derrota en Venezuela; penal de Bolivia. ¿Mala suerte? Quizás, aunque también es responsabilidad nuestra meter más goles que el rival. Y ahí se está creando otro karma.

Los goles nos tienen complicados. Lamentablemente, son lo más esencial del deporte, puesto que sin ellos nada, absolutamente nada, sirve. Se habla de la ausencia de un goleador, de esos peperos legendarios que tuvimos con apellidos como Salas, Zamorano, Suazo o Caszely. Pero no está y es la realidad. En lo personal me encanta Vargas y lo pondría siempre, pero ante la ausencia de goles, todo se pone en duda. ¿Quién entonces? ¿El desconocido Brereton? ¿El consentido de Rueda de apellido Sagal? ¿Mora, Jiménez, Henríquez, Castillo? ¿Recambio? No sé y no debería ser tema, porque contra Bolivia debimos haber metido cinco y haber saldado esta deuda. Pero no pasó.

El martes fue de sabor agridulce porque todos jugaron para nosotros, menos el resultado de Chile. Y ese dolor, sumado a estar fuera de la zona de clasificación y perder dos puntos que siempre son nuestros, durará un rato. Veremos si la Copa América nos ayuda a cambiar de sabor.

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