Han pasado 48 años desde el golpe de Estado realizado el 11 de septiembre de 1973. Chile quedó paralizado por la violencia ejercida por las fuerzas militares y policiales. El fútbol no quedó ajeno a las desapariciones asesinatos y torturas, sobre todo durante los primeros días tras ocurrido el bombardeo al Palacio de La Moneda.
Colo Colo y la Libertadores: El equipo que aplazó el golpe
El contexto social, tenso y con una sociedad dividida entre los polos a favor y en contra del gobierno de Salvador Allende, venía arrastrándose desde hace varios meses atrás. La Copa Libertadores de ese año en la que Colo Colo llegó a la final, sirvió en gran parte para aliviar el clima de un país que se unió para alentar al Cacique en una definición que lamentablemente se vio empañada por los evidentes errores arbitrales.
En junio de 1973, Colo Colo fue derrotado por Independiente de Avellaneda. Esa campaña fue culminada con el recordado foul sobre Adolfo Nef y según varios expertos, el equipo dirigido por Luis Álamos retrasó varios meses el sanguinario ataque a la casa de Gobierno.
El repechaje mundialista: El partido de los valientes y el partido fantasma
Ya efectuado el golpe militar la mañana del martes 11 de septiembre, la selección chilena debía disputar el repechaje mundialista para la cita de Alemania 1974. El rival era su par soviético y el 24 de septiembre se debía disputar el encuentro de ida. Pese a todas las dificultades que implicaba el viaje a la Unión Soviética, los jugadores chilenos tuvieron la capacidad de llegar a territorio europeo. El caso más recordado es el de Elías Figueroa, quien financió él mismo su viaje para defender a la Roja.
La mayoría de los seleccionados estaba con la mente en Chile, pero el equipo tuvo la capacidad de rescatar un empate sin goles en su visita al elenco soviético. El encuentro de regreso, fue programado para el 26 de octubre pero el rival no llegó, ya que la URSS se negó a venir luego de que el gobierno central rompiera relaciones diplomáticas con nuestro país y argumentando que no jugarían en el Estadio Nacional, centro de detención y torturas durante las primeras semanas de la dictadura dirigida por la Junta Militar.
El duelo de ida fue conocido como el “partido de los valientes” ya que en medio de la violencia, los futbolistas decidieron cruzar el mundo para defender a la Roja. La vuelta, denominado como el “partido fantasma” ya que el elenco chileno anotó el único gol de la llave frente al arco vacío del Estadio Nacional.
Los Juegos Panamericanos cancelados y el sueño roto de la Roja amateur
Una historia no tan conocida es la que vivió la selección chilena amateur. Chile fue designado como organizador de los Juegos Panamericanos de Santiago de 1975. En la competición, solo podían jugar equipos no profesionales. José Santos Arias, destacado futbolista de la Universidad de Chile y Colo Colo entre clubes, organizó un plantel con miembros de todo el país. El sueño de deportistas “comunes y corrientes” se vio quebrantado rápidamente.
La preparación de un año de trabajo se vio finalizada poco después del ataque a La Moneda.
“Poco después de tomarse el poder por las armas, la junta militar descartó la sede de los Panamericanos. Según consigna La Nación, la dictadura decidió suspender la organización de la cita deportiva el 24 de septiembre de 1973. La organización pasó a manos de Sao Paulo, pero debido a un brote de meningitis, la ODEPA designó a Ciudad de México como sede definitiva. Chile no llevó representativo de fútbol a la cita en la capital mexicana”, indica El Desconcierto en un reportaje del año 2020.
Fidel Dávila, uno de los jugadores que posteriormente pasó al profesionalismo en Cobreloa y campeón en 1985, resumió lo que fue el trabajo liderado por José Santos Arias: “Fue muy lamentable, porque esta selección no se estaba preparando solo para competir. Estábamos entrenando dos años antes. Yo creo que esta experiencia me incentivó a dar el salto al fútbol profesional, porque yo veía jugadores buenos y trataba de ser como ellos”, concluyó.