Chile está a nada de tocar fondo. Tras caer por goleada ante Brasil en el Estadio Maracaná la opción de llegar a Qatar 2022. La Roja ya no depende de sí mismo, debe ganar a Uruguay y esperar que tanto Perú como Colombia no logren triunfos ante Paraguay y Venezuela. Seguramente será la última oportunidad de la ‘Generación Dorada’, y si bien la ilusión y confianza en los históricos no se irá hasta el pitazo final, lo cierto es que también hay que empezar a pensar en el futuro.
En ese sentido, son varios los ejemplos que puede tomar Chile para levantar el alicaído fútbol chileno en todas sus esferas. Uno de ellos es el plan de 100 años que tiene Japón. Para poner en contexto: En 1991 el fútbol nipón se encontraba en el peor momento de su historia, con un torneo conformado por 12 grandes empresas del país y cuyos jugadores lo utilizaban como un rato de dispersión, más que una profesión. Entonces, para 1992, la Federación Japonesa formó el llamado “Plan 100 años“.
Un plan que levantó a Japón
Japón puede ser un espejo para Chile en caso de querer realizar un trabajo serio pensando en el próximo proceso mundialista. Luego de idear el plan 100 años, que consistía en trabajar para ganar la Copa del Mundo en 2092, el país oriental se clasificó a su primer mundial en 1998. Desde entonces, no faltaron a ninguna de las ediciones posteriores. Francia 98′, Corea y Japón 2002 (anfitriones), Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018 y ahora Qatar 2022. La selección nipona no faltó nunca más a un mundial luego de profesionalizar el fútbol en su país, modernizar la infraestructura y comenzar la exportación de jugadores a Europa.
A los Shinsuke Nakamura, Keisuke Honda o Shinji Kagawa en los últimos 20 años, se han ido sumando los Takefusa Kubo, Hiroki Abe (Barcelona) o Takuhiro Nakai (Real Madrid) en la actualidad. Sin lugar a dudas, un plan que marcha positivamente y del cuál Chile podría tomar de ejemplo para levantar el fútbol nacional.
