El incidente que ha llevado a Nicolás Castillo frente a la Justicia ocurrió en diciembre del año pasado, cuando el delantero de Universidad Católica agredió al entrenador de baloncesto de la Universidad de Chile, Isaac Arévalo. Según el relato de Arévalo, Castillo lo confrontó mientras bajaba en su auto desde San Carlos de Apoquindo, lanzándole insultos, una botella de plástico y atacando su ropa de trabajo en un intento de destruirla.
El tribunal encargado del caso ha decidido suspender el proceso judicial bajo la condición de que Castillo no se acerque a Arévalo y compense los daños con una suma de 15 mil pesos. Esta cantidad es significativamente menor a los 5 millones inicialmente solicitados por la defensa de Arévalo. A pesar de una oferta de la Fiscalía por un acuerdo que incluía un pago de 150,000 pesos y una suspensión condicional del procedimiento por un año, se optó por una resolución menos severa, desoyendo a la acusación que buscaba una reformulación del caso bajo la ley Estadio Seguro.
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Castillo ha ofrecido disculpas públicas por su comportamiento, reconociendo su error y expresando su arrepentimiento por las acciones que claramente transgredieron los límites aceptables. El delantero, que se enfrentará a Colo Colo este sábado en el estadio Santa Laura, espera poner este incidente detrás de sí y concentrarse en su desempeño en el campo.
