El fútbol chileno pasa por uno de sus peores momentos. La eliminación de la selección chilena rumbo a Qatar 2022 fue solo una muestra más de los problemas que aquejan al balompié nacional. Incluso antes de la llegada de Pablo Milad, pero profundizado tras el arribo del ex presidente de Curicó a la ANFP, los problemas van uno tras otros. La crisis en el fútbol nacional ya comienza a abarcar a todos los que lo componen.
La administración de Pablo Milad ha hecho involucionar al fútbol chileno claramente. Una crisis de la que no se salvan empresarios dueños de los clubes, representantes, árbitros y los mismos jugadores. La reestructuración del fútbol en Chile debe ser total, para resolver las diferentes problemáticas que se presentan de ahora en adelante. La ‘Generación Dorada’ permitió tapar todo lo malo, pero el adiós prematuro de Qatar 2022 fue el detonante necesario para desvelar la triste realidad.
Las dudas con los representantes
Un secreto a voces en el fútbol chileno es la influencia de los representantes en varios equipos y los conflictos de interés que tienen. El ejemplo más claro es el de Fernando Felicevich, cuya participación en Deportes La Serena, Huachipato y Universidad de Chile aún no se ha dilucidado. El empresario argentino cuenta con la representación de varios jugadores del fútbol nacional y su presencia en la selección chilena sigue siendo cuestionada. Pero FF no es el único caso. AIM, CuatroTresTres y varias otras más han sido una piedra de tope para el crecimiento de los jugadores. Los únicos jugadores sub25 que han pasado a Europa en los últimos dos años han sido Tomás Alarcón y Pablo Galdames.
Poca inversión de las dirigencias
Las pocas intensiones de invertir en el fútbol chileno es una de las grandes problemáticas. Mientras en ligas como las brasileñas o argentinas los equipos cada vez aumentan su poderío, en Chile se involuciona. Uno de los casos más claros es el de Universidad Católica, quién con Copa Libertadores por delante, prefirió optar por jugadores de segunda categoría o como agentes libres para reforzar su plantel. Los clubes nacionales dejaron de ser competitivos hace tiempo en el plano internacional, dejando pobres actuaciones en general. Los octavos de final de los ‘Cruzados’ la temporada 2021 en Libertadores, las semifinales de Coquimbo en la Copa Sudamericana 2020 y, un poco más atrás, los cuartos de final de Colo Colo en Copa Libertadores 2018. Pobrísimo rendimiento internacional de los equipos nacionales. La poca ambición es un problema que se traslada a los demás clubes y que donde más se refleja es en el abandono del fútbol joven.
El fútbol joven a su suerte
Una de las grandes crisis del fútbol nacional es la falta de jugadores jóvenes capaces de tomar la posta de la ‘Generación Dorada’. Si bien la aparición de megacracks como Vidal o Sánchez muchas veces es fortuita, tampoco hay un trabajo detrás que potencie las categorías jóvenes. Dos años sin competencia entre Estallido Social y la pandemia pegaron fuerte en las categorías inferiores de los equipos. Abandonados a su suerte, hoy poco a poco han vuelto a la competencia. Para muchos clubes, fomentar el fútbol joven es un problema. Equipos como La Calera prefieren buscar juveniles para cumplir el reglamento sub21 en otros lados. Mientras la ANFP poco hace para potenciar los torneos juveniles, reflejado en las recientes denuncias de falta de arbitraje para partidos de las cadetes.
El arbitraje en su peor momento
La llegada de Javier Castrilli fue la gran apuesta de Pablo Milad para mejorar el fútbol chileno. No obstante, ha sido un rotundo fracaso. El arbitraje ha empeorado y en cada partido del torneo nacional se generan polémicas por dudosos cobros. Un momento crítico que podría terminar con la salida del argentino dentro de los próximos días.
