La estadística que reafirma el buen momento futbolístico de la U de Esteban Valencia

Un elemento clave del fútbol moderno es la pelota parada. Ser peligroso en aquella faceta requiere de claridad mental para aprovechar breves oportunidades en el área rival. La U ha estado precisa y ha sostenido gran parte de la campaña en el balón detenido.

Sin lugar a dudas que el ciclo de Esteban Valencia ha sido un proceso de revitalización para la Universidad de Chile. Un equipo irregular que no encontró un equipo titular durante mucho tiempo, encontró en el símbolo azul un camino algo lento pero muy seguro para volver a pelear un campeonato nacional. La pelota parada tomó un rol fundamental en el poder de fuego de los azules. 

Y esto porque de los 16 goles anotados por la U al mando del Huevo, 7 tuvieron una relación directa o indirecta con el balón detenido. Siendo Gonzalo Espinoza uno de los ejecutores clave en el éxito de estas jugadas.

En la llave ante San Luis de Quillota, específicamente en el duelo de vuelta, Mario Sandoval marcó un gol de tiro libre. Luego en un “córner corto” una jugada preparada terminó con Nahuel Luján centrando a Joaquín Larrivey quien marcó de cabeza ante los quillotanos.

Ante Curicó Unido, un tiro de esquina de Gonzalo Espinoza terminó en el primer gol de Franco Lobos por el Romántico Viajero y contra Ñublense, el propio Bulldog asistió al Bati Larrivey en la igualdad ante los chillanejos. 

En el clásico universitario, otro centro de Espinoza terminó en el área cruzada y tras un rebote en Lobos, el goleador del fútbol chileno, el trasandino marcó el agónico gol de triunfo ante los precordilleranos. 

Finalmente ante O’Higgins, dos córners del cañonero azul terminaron en una mano penal que Larrivey convirtió en gol y el otro con un certero cabezazo de Ramón Cachila Arias. De esta manera, Gonzalo Espinoza ha participado en cinco ocasiones como asistidor directo o indirecto de anotaciones clave para el equipo que lo tiene en la cuarta posición del torneo chileno.

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